De la nada surgía algo, del vacío salía luz. Las hojas mueren bellamente, pero un ser de materia artificial crece al borde de la miseria más fría. Me vi reflejado en un espejo. Lo que me mantenía con vida pertenece a otro mundo, del pasado o del futuro, no lo sé. Debería estar criando malvas, pero empiezo a sospechar, que tanta lucha en la enfermedad del olvido sin tregua, la acabaré ganando si cuento con este extraño respaldo. No, no puedo explicarlo mejor, ni yo mismo entiendo qué es. Pero es algo, o alguien, que me está empujando a no ahogarme, a crecer donde nada arraiga, a beber del agua sucia y no morir contaminado, a comer de desperdicios de otros o de sabroso pan duro y no desfallecer por completo. ¿Noo quedó nadie?, ¿sólo yo estoy vivo? Sospecho que no.
Poesías, fotografías, leyendas de lo más profundo de una pecera de pensamientos turbios
jueves, 22 de octubre de 2009
miércoles, 7 de octubre de 2009
sandalias en una esquina

martes, 15 de septiembre de 2009
arena en el reloj
Yo quiero seguir adelante, pretendo hallar algo en el final, no soy lo que me detiene, es algo pesado, muy pesado, que dejé atrás y que ahora me envuelve.
sábado, 22 de agosto de 2009
concha colorida

lunes, 3 de agosto de 2009
tortuga arriesgada
No, no es fácil arriesgarse a saltar si no se conoce bien la profundidad y el relieve del fondo. En este caso la forma del fondo estaba clara porque no había agua. La altitud era evidente, y no me comporté como un cobarde, solo que no quería morir con los huesos destrozados, desangrándome. AHora estaba de nuevo allí, en un nuevo intento. Me había protegido todo lo posible, tomado todas las precauciones. Ojalá sobreviva al gran salto. Si no estuviera tan seco, yo, que me apellido Pez, no temería nada ahora. Pero no hay nada que me amortigüe. Tengo que quitarme la pecera de la cabeza para no hacerla añicos.Bien, estoy bien protegido. Como una tortuga en su caparazón. Lástima que las tortugas sean tan lentas en la tierra pero tan rápidas como una piedra cuando atraviesan el aire. Bien, vamos allá, tres, dos, uno... dios mío que no me quede inconsciente, siempre que estoy inconsciente tengo terribles sueños, ni siquiera puedo definirlos como pesadillas, es algo aún peor. Venga, tres, dos, uno... debí pedir ayuda a alguien para atreverme a hacer esto. Pero si estoy solo, eso era imposible, nadie me queda. Tal vez encuentre ayuda ahí abajo. Llevo demasiado tiempo en un pozo huyendo de otro pozo. Debo saltar, pero me tiembla hasta el alma. Tres, dos, uno... ¡aaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaah!
lunes, 27 de julio de 2009
atrapado en el baúl de los recuerdos

lunes, 20 de julio de 2009
cadaver bajo la alfombra

martes, 14 de julio de 2009
tostadoras brincadoras
Después de mi loca caida, estuve días, semanas, no sé cuanto tiempo semiinconsciente. Entre pesadillas y recuerdos vagos, vaya novedad. Y al recobrarme por completo, nada tenía sentido, otra no-novedad. No estaba donde debería estar. Estaba en el campo, rodeado de tostadoras enchufadas al suelo, luchando por soltarse de su conexión de tierra. Pero las que lo conseguían, dejaban de moverse. Miré en el interior de las vivas y de las muertas, pero ninguna tenía tostadas, y yo tenía hambre. Probé las flores y la hierba verde. No es lo mismo que una buena tostada, pero en realidad hace tanto tiempo que no pruebo una que lo mismo las margaritas silvestres y el pan tostado saben igual y no me acuerdo. Me tumbé entre las tostadoras brincadoras y disfruté del espectáculo de verlas saltar y caer sobre mi cuerpo. Una me llamó la atención muchísimo más del resto, A pesar de estar decsonectada, seguía corriendo entre el cesped y los matorrales como un conejo amarillo, aunque si existiesen los conejos amarillos no creo que se pareciesen mucho, pero se movía como un conejo. ¿Sabría también a conejo? Me puse de pie y corrí tras él, o ello. Me vino a la mente Alicia en el País de las Maravillas. Ojo, ni se te ocurra perseguirlo hasta dentro de un árbol, Payaso Pez.
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