jueves, 24 de junio de 2010

pantera recicladora de poemas

Hazme caso, olvida todo lo que creías saber. No luches tanto con el pasado y nútrete de él. Yo puedo ser cualquier cosa desde que aprendí que nada está escrito. Y acto seguido el dragón se convirtió en una pantera rosa. Ven, ayúdame a meterme aquí. Podemos ser poetas en vías de desarrollo, ¿No crees que en todas partes podemos encontrar poesía? Payaso Pez, piérdete por las calles de Madrid, busca de palabras de un solo uso, olvidadas, abandonadas. Recógelas, mézclalas, deja que reposen... sin darte cuenta surgirá una nueva vida. Pantera, creo que te entiendo, pero no pensarán que estamos locos? ¿Quienes? Todos tienen demasiada prisa. La mayoría no es capaz de apreciar la belleza de un trasto usado, de una palabra llena de historias e interpretaciones. Se limitan a descartar lo que no les sirve, o lo que creen que no les sirve. Buscan una respuesta, no quieren tener mil preguntas. Y si no son capaces de ver poesía en un destello de luz en un canalón atascado, si creen que las palabras sólo tienen un significado y que todo lo que se abandona en el suelo es porque ya no sirve para nada. Si creen todo eso, tampoco van a detenerse a mirar a un poeta... Pero venga, ya hablaremos otro día. Discutir el sentido de todo esto en estos momentos no es productivo. ¡Ayúdame a encontrar poesía! Vaya pantera, desde luego que sea rosa no es lo más peculiar... Pero la hice caso, y fui feliz siguiendo su consejo...